13.12.11

Cuidacoches: sobre farsas y cinismos.


Frente a la ley sancionada en la legislatura sobre la creación de un “registro de cuidacoches”, surgen algunas preguntas y un par de reflexiones.

- Cuando estos cuidacoches presencien algún peligro para los coches que cuidan, ¿qué harán? ¿Llamarán a la policía o protegerán a su coche cuidado a piedrazos o tiros? Si en el cuidado del coche un cuidacoche resulta lastimado, ¿tendrá obra social?

- Si a pesar de la labor del cuidacoche, algún delincuente roba el estéreo, las llantas o directamente el coche cuidado, ¿qué podrá hacer el dueño del vehículo? ¿Protestar en el Gobierno de la Ciudad por la ineficacia de su cuidador registrado, iniciarle un juicio al cuidador por incumplimiento de sus deberes o bancársela como hasta ahora?

- Si un auto está estacionado en forma indebida, ¿la multa recaerá en el cuidacoche, en el dueño del vehículo o en ambos?

- Si llegasen a aparecer “cuidaplazas” que nos pidan algunos pesos para usar un banco, una hamaca o estirarnos en el césped, ¿una vez que se instalen también vamos a crear un registro?

Extremar los ejemplos puede ser un buen recurso para desnudar lo inconsistente, absurdo y cínico de propuestas como estas.

Algunas reflexiones para alejarnos de la mirada demagógica, simplista y mentirosa que esconde esta propuesta.

- Si lo que se quiere es trasladar al espacio público y el bolsillo de los dueños de vehículos el costo de la subsistencia de desempleados, podría hacerse de manera más formal, prolija y transparente. Es más digno para todos cobrar una tasa extra a quien tiene un vehículo a fin de garantizar la inclusión social de los cuidacoches que dejarlo librado a un mercado informal.

- Sorprende el amplio consenso en la dirigencia porteña para ofrecer este mamarracho como principio de solución a la problemática de los cuidacoches. Como mínimo, ¿no podrían pensar en crear registrar y fomentar que estos individuos hagan labores que representen un aporte social real?

- Es cierto que, al fin y al cabo, los cuidacoches proveen de tranquilidad a los dueños de vehículos, porque en donde ellos están, no hay robos. Entonces, si lo que se quiere es garantizar la seguridad de los vehículos, ¿no sería mejor empezar a ir a Warnes y la calle Libertad y verificar el origen de los repuestos?

- Finalmente, si nos preocupa la condición social de quienes hoy subsisten a través de una actividad informal e ilegal como cobrar por estacionar en un espacio público, debemos pensar en soluciones en serio. Crear un registro es una respuesta cínica y mentirosa al problema de quienes buscan subsistir. Nuestra dirigencia debe encontrar medios más reales para incluirlos en una dinámica productiva y cierta, que no sólo no perjudique a terceros sino que principalmente eleve a los beneficiados a la categoría de ciudadanos dignos a los que no hay que inventarles un improbable oficio.