31.3.10

Reflexiones del domingo electoral


El domingo pasado hubo elecciones locales en Mendoza y en Pinamar. Algunas pequeñas consideraciones sobre su impacto en la política nacional.

Mendoza:

- No hubo un gran ganador en términos de dirigentes, más allá del intendente local. Por las internas del radicalismo mendocino, Julio Cobos se perdió la posibilidad de lucir como el ganador de la jornada. De todos modos, sí se puede afirmar que la UCR como partido político fue la gran ganadora. Fortaleció su imagen de único partido opositor con penetración territorial, estructura real, experiencia de gestión en todos los niveles y capacidad de construir mayorías. No es poco en momentos de clara declinación oficialista y ausencias de referencias nacionales consolidadas.

- Así como entre los dirigentes no hubo un gran ganador, sí hubo un gran perdedor: Mauricio Macri. Macri y la primera plana del partido viajaron, hicieron campaña con sello PRO y, sin embargo, quedaron con las manos vacías. Como toda apuesta de riesgo, si se realizaba una buena elección se consolidaba el estilo de construcción de un proyecto presidencial para Macri. Pero si se realizaba una mala elección, entrarían en crisis algunos de los supuestos sobre los que el PRO basa su estrategia nacional hacia el 2011. La buena noticia para el PRO es que todavía están a tiempo de replantearse la estrategia. No está mal dar peleas perdidas si son parte de un proceso planificado. No pareció en este caso.

- Es destacable cómo nuevamente una expresión kirchnerista no sólo pierde sino que es desplazada por varios partidos. Sucedió en el 2009 en la Ciudad de Buenos Aires, en Santa Fe, en Córdoba y ahora en Mendoza. Excepto en la Provincia de Buenos Aires, donde también perdió pero quedó segunda, en el resto de los principales distritos electorales quedó relegado a terceros y cuartos puestos. Muy pobre elección, más aún cuando se la compara con las campañas del 2005 y 2007.

Pinamar:

- Acá sí hubo un gran ganador: Daniel Scioli, quien tempranamente explicitó su apoyo al candidato vecinalista y finalmente vencedor, Blas Altieri.

- Lo más interesante de esta elección es cómo se resolvió cierta interna del Partido Justicialista Bonaerense. Por un lado, el gobernador Scioli y por el otro, el vicegobernador Alberto Balestrini. Sin tenerse antipatías mutuas, la forma de construir la oferta electoral los separó. Scioli apostó a lo consolidado y más seguro, Balestrini insistió con una candidata del propio PJ. Estas elecciones le sirven a Scioli para posicionarse como actor de peso en el oficialismo. En el justicialismo se acostumbra seguir a los ganadores.

- Scioli acierta en ir a lo seguro y retomar así una senda de la que se había apartado: la alianza constante con el humor mayoritario de la opinión pública. Más allá de consideraciones ideológicas hacia esa actitud, el atributo positivo más fuerte que siempre tuvo Scioli fue esa sensación de hablar y actuar siempre con sentido común, como si fuese un vecino más.

- Otro dato importante es que, al igual que en Mendoza, el candidato del oficialismo kirchnerista terminó muy lejos. En este caso, tercero. Ni siquiera la promesa de obra pública para un mandato de año y medio que únicamente convivirá con el kirchnerismo fue suficiente incentivo para no darle la espalda al PJ.

29.3.10

Voto 220


Ayer en Pinamar se utilizó el voto electrónico. Un buen avance, ¿no?

A muchos les da miedo la tecnologización de las elecciones, pero este es un buen ejemplo de que no se debe ser necio frente al progreso. Es cierto, margen para el fraude hay… pero mucho menos que ahora.

Los expertos indican que la clave es que la información electoral circule con códigos abiertos, o sea, que sea pública no sólo para los partidos políticos sino también para la ciudadanía.

Sería un gran avance implementar en forma definitiva el voto electrónico en Argentina. El futuro ya llegó. Se supone que en pocos años se podría votar a través del celular, con un código único por elector, facilitando de este modo la participación. El mundo va en ese sentido y no deberíamos quedarnos tan atrás. Sin ir más lejos, en Brasil hace años que existe el voto electrónico con gran éxito.

¿Cuáles son las ventajas del voto electrónico? Varias.

Primero, obliga a los dirigentes a comunicarse más y mejor con su electorado. Se termina el fenómeno de “arrastre” de listas y ya cada candidato depende de su propia suerte. Actualmente el elector medio vota a consciencia, por ejemplo, a un candidato a presidente y, por pereza en cortar boleta, termina votando a diputados, intendentes y concejales que desconoce. Con el voto electrónico, cada ciudadano aprende un poco más de los candidatos.

Segundo, los partidos políticos nuevos y/o sin estructura pueden competir en igualdad de condiciones. De implementarse, en Argentina ya no sería tan cara la logística electoral, no se necesitarían numerosos ejércitos de fiscales experimentados y, finalmente, la desaparición de boletas y las boletas falsas dejarían de existir.

Tercero, se gana en transparencia. El conteo de votos sería más rápido, eficiente y preciso. Pasarían al olvido las madrugadas donde, sobre todo en niveles municipales, algunas elecciones se dan vuelta misteriosamente.

Cuarto, exige más maduración a la ciudadanía. Al no poderse impugnar el voto, el ciudadano debe esforzarse en definir a qué candidato prefiere por sobre los otros.

Estas ventajas contribuyen a la conformación de una democracia más sólida, más representativa y con una dirigencia más responsable de sus actos. No es poco, ¿no?

¿Por qué entonces resulta tan difícil de instaurar el voto electrónico? Es sabido que en todo status quo, los ganadores tienen pocos incentivos para el cambio. Pero existe una posibilidad: que la opinión pública lo exija. Ahí cambia todo y se puede dar un paso adelante.

Y lo bueno de esos avances es que una vez instaurado, por lo general, ya no hay vuelta atrás.

27.3.10

Protesto ya



En el primer programa de la nueva temporada de CQC vimos cómo Gonzalo Rodríguez, Gonzalito, desenmascaraba la estafa de un concejal y responsable del reparto de donaciones a los vecinos de Tartagal. Mostraban cómo se había quedado con un aire acondicionado portátil destinado a los damnificados por el alud del año pasado. El procedimiento fue sencillo: GPS en el aire acondicionado, un año después se lo rastrea por satélite y encuentra, funcionando, en la casa del concejal Hugo Torina, quien había sido el responsable político de la distribución de donaciones provenientes de todo el país.

Hasta ahí estaba bien. Era lógico y estaba bueno que un abusador de poder fuese expuesto y tuviese que renunciar.

Vean el informe. Después algunas impresiones para compartir.







¿No les queda cierto sabor ingrato a pesar de haberse realizado cierta forma de justicia? Tal vez haya algunas explicaciones para eso.

Primero, el tono de Gonzalito, quien más que indignado parecía estar regodeándose en el error ajeno y en exponerlo de tal manera. Su ridiculización de un funcionario corrupto lo único que logra es denigrar a un tipo que merece una denuncia y un proceso judicial pero no la ridiculización. Una vez desenmascarada la situación, pasan demasiados minutos del informe con el único objeto de burlarse del infractor en vez de aprovecharlo para investigar otros desvíos o darle voz a ONG u opositores de Tartagal, por ejemplo.

Segundo, durante el informe no sólo muestran el precario hogar del concejal Torina sino también comentan que trabaja como docente en una escuela pública. O sea, no se trata de un dirigente poderoso. Más bien de un dirigente local, con sus propias necesidades y con la debilidad para caer en abusos de poder. En definitiva, un pobre abusando de otros tipos más pobres todavía. Algo reprobable por cierto pero a no confundirse. Su soledad durante la entrevista y la facilidad con que se accede a él dice mucho sobre su pequeñez política.

Tercero, Gonzalito en vez de un cronista parece erigirse un mesías en Tartagal, impartiendo justicia, aleccionando con el tono burlón de un profesor cínico de escuela primaria y, finalmente, llevando la donación a una escuela.
Cuarto, al oír las risas y aplausos del público en el estudio no puede dejar de pensarse en la facilidad y liviandad con la que se juzgan las cosas desde las grandes ciudades. Más que a la indignación y al compromiso, el informe tendía al humor.

Cuarto, ¡todo gira alrededor de un aire acondicionado portátil! Al final, cuando entregan el aire acondicionado para refrescar una habitación de albergue estudiantil causa tristeza ver cómo los beneficiados festejaban un aporte tan minúsculo (y tan indigno de un programa tan exitoso).

Insisto, está muy bien que se investigue, se denuncie y se exponga públicamente todo tipo de abusos, sobre todo por parte de funcionarios públicos, en cualquier nivel de gobierno y circunstancia. Y está muy bueno que los medios de comunicación se involucren y de este modo desalienten las miserias de la dirigencia argentina.

Este post es simplemente para recordar que investigar es bueno, quedarse en la superficie no. Exponer públicamente construye más ciudadanía, ser livianos en el tratamiento no. Y que hacer humor nos hace mejores, burlarnos no.

25.3.10

Sobre el 24 de marzo


Siempre es complicado abordar asuntos signados por el dolor, la enemistad y la incomprensión. La complejidad surge cuando la sociedad queda cruzada por versiones hijas del dolor, por memorias frágiles o autocomplacientes y por una justicia incompleta. Sin embargo, debería ser más sencillo. Se trata simplemente de elegir dónde ponemos el límite como sociedad. Pensar que es una aberración dormir a un ser humano y tirarlo embolsado al río desde un avión no es de derecha ni de izquierda. Pretender que el Estado sea el principal garante del más básico derecho individual, el derecho a la vida, y no su transgresor es un valor demasiado importante como para dejarlo en manos de un solo espacio político.

En los últimos años vivimos una justa reivindicación de los derechos humanos y una autocrítica creciente en muchos de las instituciones involucradas en los años sangrientos. Está bien que así sea. Así como sin memoria el pasado más horroroso puede volver, sin capacidad crítica, sin hacernos cargo y sin replantearnos los propios valores, el pasado pesa y se convierte en un lastre que dificulta seguir avanzando.

Los derechos humanos son y deben ser una reivindicación de toda la sociedad. Debe ser el corazón de una visión sobre la política y el Estado que no identifique a un partido político sino al conjunto de los argentinos y su dirigencia. El respeto a la vida humana y a los derechos inalienables de cada individuo ya no puede ser ni promesa electoral ni bandera de una agrupación. Cuando sea la bandera de todos querrá decir que realmente aprendimos del horror pasado.

Es comprensible que los hijos del dolor queden presos del pasado, pero la obligación de las nuevas generaciones es no heredar odios, aprender del pasado, garantizar justicia hacia atrás y construir una sociedad que asegure un futuro en las antípodas de ese pasado. ¿Cómo? Fomentando una vida política plural, con respeto por el otro, diálogo e instituciones sólidas. Parecen frases hechas pero son palabras que esconden mucho de lo que nos faltó como sociedad para no llegar a esa etapa tan oscura. Si Argentina hubiese tenido algo de eso en las décadas previas, no hubiese habido un 24 de marzo en 1976.

Que el Nunca Más no sea un canto de guerra sino un grito de paz, un grito de unión, un grito de convicción hacia el futuro.



Los dejo con la canción que cierra el durísimo documental “Botín de Guerra”, de David Blaustein. Más allá de la postura que se tenga sobre aquellos años, ver esta película sirve. Y mucho.

18.3.10

Hasta dentro de poquito

Por unos días este ambidiestro se retira a descansar. Al regreso volveremos a la propuesta y al ritmo habitual.

16.3.10

Redención nacional


El fútbol más que una metáfora es una muy certera muestra de cómo nos vinculamos socialmente. Nuestros valores, expectativas y límites éticos, la relación con las normas, el respeto al otro, cómo nos percibimos.

Tal vez por eso existen muchas voces bien intencionadas que, reprimiendo la pasión, dicen preferir que la selección argentina no gane la próxima Copa del Mundo. Su argumentación se basa en que Diego Armando Maradona es una expresión de liderazgo decadente que fomenta valores negativos para una sociedad. En este relato, un triunfo mundial sería la coronación de recurrentes vicios vernáculos.

Por la trascendencia social del fútbol en Argentina, que afecta por igual a todas las clases sociales, es evidente que un hecho de gran magnitud como el triunfo en un mundial tendría un efecto anímico y hasta pedagógico contundente. Sin buscar cargar de responsabilidades desmedidas a jugadores y cuerpo técnico, deberían hacerse cargo de lo que el fútbol produce. Es bueno recordarles que los millonarios contratos y todas las facilidades que les otorga el fútbol se basan en esa enorme pasión colectiva por veintidós tipos corriendo atrás de una pelota.

Ese fenómeno con consecuencias sociales en que puede transformarse el fútbol fue uno de los principales motivos de la tristeza que provocó la temprana eliminación del seleccionado de Bielsa en el año 2002. Un país sumergido en una de sus peores crisis, con la sensación de haber tocado fondo y la necesidad de, en cierto modo, refundar los valores sociales, hubiese encontrado en aquella selección un excelente ejemplo. El equipo de Bielsa se basaba en esos valores que tanto contribuyen a cualquier sociedad: mucho trabajo, honestidad intelectual, la idea del grupo por sobre los individuos, el rechazo a los atajos, la inteligencia aplicada, rigurosidad, respeto por el juego, los espectadores y los rivales. Y como una trágica metáfora, todo el buen juego y los logros anteriores y posteriores al mundial fueron masivamente menospreciados y olvidados tras aquella eliminación.

Entonces, ¿qué hacer frente a la selección de Maradona?

Indudablemente, no sería el mejor escenario un triunfo de una selección como consecuencia de los vicios de siempre. Y ni que hablar de triunfos festejados en modo similar al de la clasificación en Montevideo. El revanchismo, los malos modos, la agresión al distinto, el pobre trabajo colectivo y las incoherencias en todos los niveles de conducción, nada de eso es un buen ejemplo para una sociedad que sigue con mucha más atención las vicisitudes de un seleccionado que las de un gobierno.

Sin embargo, hay espacio para la redención.

Casi todos deseamos lo mismo: salir campeón del mundo. Pero no por azar o tomando atajos sino como consecuencia de un aprendizaje. Tal vez el clima especial que se vive antes y durante un mundial provoque un cambio en forma de aprendizaje que nos deposite en el éxito deportivo. La cabeza a veces hace click en un preciso instante. Para ello sólo son necesarias una buena dosis de lucidez y de honestidad con uno mismo. Nadie pide un mea culpa público ni sobreactuaciones. Sólo encontrar la madurez y el equilibrio suficiente para poner los objetivos por delante de las personas, el respeto por sobre la denigración al otro y el diálogo por sobre los exabruptos. No apostar al atajo que puede representar un Messi, sino apostar a que un grupo de profesionales alcance el éxito trabajando en forma honesta y rigurosa con un objetivo común.

Si el cuerpo técnico y los jugadores logran hacer ese click, los argentinos de buena fe estarán alentando y apoyándolos con orgullo. Y ahí la gran metáfora pedagógica para esta Argentina del Bicentenario, sería la existencia de la redención. Si queremos podemos redimirnos de nuestros vicios. Es posible cambiar, es posible mejorar. Es posible tener éxitos sin apelar a atajos. Y como alguna vez el mismo Maradona nos mostró cómo el talento individual argentino se destaca, ahora él también puede mostrarnos otra faceta que en Argentina supimos conocer: que cuando un grupo busca lo mismo y se rompe el alma por ello, el éxito es más probable.

Así en el fútbol como en el resto de la sociedad.


Si estás de acuerdo con este post, hacelo circular. Quién no les dice que llega a los ojos precisos…

15.3.10

Bicentenario y monumentos


Alberto Rodríguez Sáa está construyendo una pirámide como casa de gobierno y una réplica del Cabildo porteño, ambos proyectos enmarcados en las celebraciones por el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Mientras, en la Ciudad de Buenos Aires nadie está diseñando algún ícono urbano que perdure y sea un mensaje de estos años para las próximas generaciones. Un inexpresivo pabellón en Palermo fue una de las principales propuestas del gobierno porteño, tan pálida idea que ni al 25 de mayo llegará finalmente. A su vez, el gobierno nacional está haciendo algunas refacciones en el antiguo Correo Central pero con tan poca inversión como trascendencia.

Los monumentos urbanos están buenos y tienen un valor que excede largamente a los recursos involucrados. En San Luis el gobernador está siendo muy criticado por el gasto en pirámides y carnavales. Es comprensible que aquellos que sufren pobreza material quisieran que los recursos invertidos en esas construcciones fuesen utilizados en ellos. Sin embargo, no se puede desconocer que este tipo de construcciones ayudan a generar riqueza en una sociedad. Sea por atraer al turismo, por generar orgullo de pertenencia, por darle más visibilidad a la marca San Luis o por expandir los horizontes de cada puntano, invertir en este tipo de proyectos, siempre que sea en forma equilibrada, es muy positivo.

En Buenos Aires, el grupo IRSA junto a los gobiernos nacional y porteño habían realizado una votación entre vecinos para decidir cuál sería, entre varios proyectos, el monumento de la ciudad al Bicentenario. Iba a estar situado en terrenos portuarios, con la pretensión de erigirse en la nueva postal porteña y argentina en el mundo. La idea era digna de un bicentenario y tenía como valor agregado que la perspectiva era pensada desde el Río de la Plata (similar a la Estatua de la Libertad o la Opera de Sydney). O sea, la mejor vista sería desde el río y así la ciudad podría empezar a deshacerse del estigma de estar construida de espaldas al mar. Un nuevo siglo, una nueva mirada, un nuevo horizonte, un ícono moderno y orientado al mundo. Era tan lindo el mensaje a la sociedad y el mundo como contundente la señal su no realización.

¿Será entonces para el bicentenario de la independencia en 2016? Como tantas cosas que uno se imaginaba para este año, seguimos postergando. Apuremos un poco, sino todos esos proyectos que uno imaginaba contribuirían a repensar y relanzar el país, podrían reagendarse para bastante más adelante. Por ejemplo, para el 2060, el año del cuarto de milenio…

13.3.10

¿Y los próximos líderes?


Así como la semana pasada el conglomerado opositor al gobierno nacional logró imponer su postura en el reparto de comisiones en el Senado, en estos últimos días la opinión pública puso en duda su real capacidad política. La incapacidad de anticipar jugadas oficialistas en el tratamiento del pliego de Marcó del Pont, la aparición de un proyecto cuasi oficialista del senador Verna y la frustrada sesión de rechazo al decreto presidencial del desendeudamiento, son ejemplos de la falta de coordinación y de contundencia de un espacio opositor carente de estrategia.

Más allá de los proyectos personales de los diputados y senadores, tarde o temprano todos ellos deberán confluir en algunos de los pocos liderazgos con el peso suficiente para suceder a Cristina en el 2011. Hoy pueden aparecer muchos legisladores díscolos, pero cuanto más cerca estén las elecciones más debilitados estarán en sus pretensiones sin líderes que los apoyen. Anticipando esos momentos, los líderes de la Argentina que vienen deberían saber presionar y conseguir esos apoyos legislativos.

El conglomerado opositor tiene sólo dos cosas en común. El rechazo al actual gobierno nacional y el deseo de obtener el poder. A partir de ello, deberían poder establecer una mínima estrategia compartida que conduzca a: debilitar al gobierno en su capacidad de supervivencia electoral, prohibir al gobierno medidas que hipotequen a la futura gestión, defender la independencia de los poderes y las instituciones (pues preservan las reglas de juego, condición básica para acceder a la Presidencia).

Entendiendo que estos tres principios son intereses compartidos, los liderazgos deberían aparecer, acordar y marcar la cancha. Si se presenta como una reunión de líderes adultos y dialogistas sin el más mínimo aroma "destituyente", es una situación donde todos ganan. Si se ponen de acuerdo, seguramente las cuentas legislativas les resultarán más generosas. Los presidenciables son poco más de cinco, y algunos ya tienen buen diálogo. Tal vez son demasiados pero fueron los mismos electores los que así lo determinaron; igual, con el correr de los meses serán menos. Ellos deberían encontrarse y pensar, de cara a la sociedad, cómo debería ser el sendero hacia diciembre 2011. La apuesta al error ajeno y al actual humor social como única estrategia no es recomendable. La Argentina del futuro necesita ya mismo líderes visibles, valientes y determinados, que sepan aprovechar las circunstancias y discutir la agenda de los próximos diez años, no la que propone el gobierno.

Los dejo con una reflexión de Lilita Carrió, que como gran comunicadora es muy buena clarificando algunos conceptos. “Vocación republicana y decisión es lo que le falta a la Argentina; hay que juntar una cultura republicana débil y una cultura antirrepublicana con decisión; hay que hacer una síntesis de esas dos culturas históricas”. O sea, que los sectores de la oposición que realmente quieran acceder al poder deben ser extremistas de la democracia, talibanes de las instituciones. No está mal como concepto. Suena bastante ambidiestro, ¿no?

11.3.10

Que no ves cuando ves

En el mundo de la política, se le llama imponer agenda a la capacidad de instalar un determinado tema en la discusión pública.

Este recurso, muchas veces denominado Agenda setting (establecimiento de agenda en inglés), lo intentan utilizar tanto los dirigentes políticos como los medios de comunicación y, cada vez más, la opinión pública, sea a través de encuestas o en las incipientes redes sociales. Buscan instalar un tema y modelar, a través de su denominación, alcance y tratamiento, la opinión sobre ellos. Por ejemplo, ante situaciones de delitos urbanos no es lo mismo hablar de “Inseguridad” que de “Pobreza”. Si bien ambos enfoques pueden dar cuenta de aspectos complementarios del problema, los valores que entran en juego y las potenciales conclusiones difieren. Ambos conceptos evocan marcos distintos y las consecuencias en el humor público serán necesariamente distintas.

Por eso, todo ciudadano debe ejercer su capacidad crítica y estar atento a qué tematizan y cómo tematizan los actores más poderosos, sean políticos, medios de comunicación, empresas, etc. Algo nos están diciendo. Tal vez sea algo importante para todos, tal vez sea algo con valor sólo para ellos, tal vez sólo estén buscando distraer sobre otros temas. Un juicio crítico (ojo, no la opción vaga de los conspirativos) ayudará a que cada vez más se planteen los temas con mayor amplitud y algo de honestidad.

Los dejo con dos ejercicios divertidos, sobre cómo cuando uno compra los temas ajenos, otras cosas pueden pasar delante de tus ojos y no las ves.



Están en inglés. Para los que no hablen, lean nada más que el primer renglón de lo que sigue. Y a los treinta segundos de video lean el segundo renglón.

El primer juego, al comienzo pide que contabilicen cuántos pases de pelota hace el equipo blanco.



Y después pregunta si viste un oso bailando.


En el segundo juego, pregunta quién fue el asesino.



Y después pregunta si notaste algún cambio.

10.3.10

El tren fantasma

La semana pasada Carlos Menem retomó notoriedad pública y advirtió sobre sue nueva candidatura presidencial. Ayer habló Eduardo Duhalde ya como pre-candidato presidencial del Partido Justicialista. Hoy reasume Néstor Kirchner como presidente del PJ, lo que por muchos es visto como el paso previo a competir por la candidatura oficialista.

De todos los ex presidentes vivos (más allá de los tres restantes de aquella movida semana de diciembre 2001) el único que se mantiene en el ostracismo político, aunque con eventuales apariciones en encuentros radicales, es Fernando de la Rúa.

Tanta actividad política de personas que estuvieron en lo más alto del poder, ¿es positivo para una sociedad? Como tantas respuestas a fenómenos sociales, depende.

Un ex presidente es alguien que conoce por dentro el desgaste, las dificultades, las limitaciones y las presiones del poder. Desde ese punto de vista, puede realizar aportes muy valiosos sobre temas nacionales. Por supuesto que son comprensibles también aportes al partido de origen, pero principalmente deberían ser una voz de consulta sobre temas centrales al Estado y ser una referencia social para la reflexión colectiva sobre la política. El Senado no es un mal lugar para un ex-presidente. Ahora, ir al Congreso para garantizar impunidad (todo diputado o senador tiene fueros) o para construir poder para un proyecto individual, no es positivo.

¡Cuántos problemas nos hubiésemos ahorrado los argentinos si los ex se retirasen del día a día de la política! Hagamos el ejercicio de pensar en un Menem 1999 más generoso con el candidato de su partido. O un Duhalde que en el 2005 hubiese dejado surgir otras voces opositoras y no buscar erigirse en el regulador del kirchnerismo. O un Kirchner que en 2007 hubiese dejado el poder real en manos de su mujer (es comprensible que tenga una gran influencia, pero su exposición pública desde entonces no fue positiva para nadie, empezando para Cristina).

Tal vez una de las claves de la Argentina que viene sea más sabiduría y generosidad en los liderazgos que se van y dejar al pasado tranquilo los liderazgos que llegan. La Justicia y la Historia juzgarán a cada uno de ellos.

“Doña Flor y sus dos maridos” es una magistral novela de Jorge Amado. El bahiano nos cuenta allí la historia de una mujer que enviuda y tras casarse nuevamente con el formal y aburrido Teodoro, comienza a recibir la visita del fantasma de su primer marido, el carismático y desastroso Vadinho. Bella alegoría sobre cómo los fantasmas del pasado suelen entrometerse con el presente y dificultarnos la vida. Finalmente, tras mucho sufrir, Dona Flor parece encontrar el punto de equilibrio cuando se reconcilia con su pasado y aprende a disfrutar por igual de ambos, el marido presente y el fantasma del pasado.

Los dejo con un pequeño resumen de la versión cinematográfica del año 1976, uno de los mayores éxitos de público en el cine brasilero. La música es del gran Chico Buarque. Y el rubio que hace de Vadinho es el genial José Wilker.

9.3.10

Fayt la pateó afuera



Carlos Fayt, ministro de la Corte Suprema, calificó de “tonterías” a las acusaciones de Cristina Kirchner a la Justicia. Si bien no es una descalificación tan grave, no es digna de un Juez y menos dirigida a quien encabeza otro poder del estado.

El cuidado de las formas y el lenguaje es parte inexorable del buen juego democrático, porque al no imponerse posiciones por las armas, la arena política se nutre de palabras y gestos. No hay otra. Entonces, las palabras que utilicemos deben ser reflexionadas y estar en sintonía con un valor central de la democracia como es el respeto entre semejantes.

Y si alguna de las partes patina en forma recurrente, no es excusa suficiente para que el resto también lo haga. Es más, es ahí cuando el sistema exige que los que observan el error ajeno, a través de las palabras propias expongan esa equivocación, reforzando así el control social.

Sería grave que después de ocho años de un gobierno con discurso confrontativo, la sociedad no aprenda y el vicio de la descalificación se incorpore como hábito a nuestra cultura política. Descubrir lo que no hace bien es bueno para no hacerlo, no para hacérselo a quien no nos gusta. Si no aprovechamos hoy lo que aprendimos ayer, se nos olvida y estamos condenados a repetirlo más adelante, a favor y en contra nuestra. No hay otra, estamos todos en el mismo barco…

Música especial



Una canción para la mejor, más maravillosa, única y linda mujer, en nuestro día. OFKS,DYRN? :)

Recomendación ambidiestra

Les recomiendo un blog muy interesante para todos aquellos a los que les gusta la publicidad y la comunicación.

http://weblogs.clarin.com/publicidad/

Está escrito por Luis María Hermida. Es claro, poco pretencioso y entretenido.

8.3.10

El Oscar, el Oscar, se mira y no se toca!!



Y sí, nos sale un poco el orgullo. Algunos crean que el Oscar no es más que un simple premio y que las cosas seguirán igual, este tipo de reconocimientos son importantes.

A partir de ganar el Oscar, esta película va a ser mucho más vista en todo el mundo de lo que podría haber sido. Eso significa que millones de individuos en el mundo serán impactados por un filme que si bien aborda temas universales, transpira argentinidad en los miedos, valores y formas de resolver los problemas de cada uno de sus personajes.

El personaje de Darín es el arquetipo de cómo nos percibimos. Buen tipo, buen amigo, a mitad de camino entre el coraje y la cobarde supervivencia, sin dobleces ni cinismos, con humor calmo y capacidad de indignación. No importa en ese sentido si somos verdaderamente así, sino que importa como aspiracional, como lo que nos gustaría ver frente al espejo. Por eso, que el mundo conozca esa faceta nuestra está bueno. Y ese orgullo primario se refuerza y cobra otro sentido.

En este año del bicentenario, un Oscar es una buena noticia para la cultura local y para todos los argentinos que preferimos ser conocidos por las mejores de nuestras capacidades.

Ahora está en nosotros inspirarnos en “El secreto de sus ojos”. Buscar ser muy buenos en lo nuestro, animarnos a transmitir valores y apostar a nuestras capacidades. Seguro que nos va a ir mejor.

6.3.10

Strategic Rhapsody


Mauricio Macri reunió este sábado a más de ocho mil militante en Luján, en lo que se convierte en una nueva señal de que está decidido a lanzarse a la carrera presidencial del 2011.

Sin alejarse del todo de los consejos de Jaime Durán Barba (uno de los consultores latinoamericanos más lúcidos y exitosos en campañas electorales), quien sugiere esperar para el lanzamiento formal, cada vez son más visibles sus aspiraciones presidenciales.

Macri sustenta sus expectativas en varias causas. Es un dirigente conocido en todo el país. Tiene una gestión para mostrar que, por más que no reluzca como se esperaba, comprueba ante el electorado que la administración de gobierno no le queda grande. No luce ni peronista ni antiperonista. Construyó una imagen pública donde sus mejores atributos percibidos contrastan con los defectos que segmentos mayoritarios de la opinión pública más condenan en Cristina y su marido: diálogo, moderación, autocrítica, concreto. También por momentos, tanto el oficialismo como algunos opositores parecen trabajar para su candidatura, perdiéndose en exasperaciones, rencores y debates del microclima de la política. Finalmente, Macri también cree que las últimas elecciones en Chile demuestran que la región empieza a apostar a otros discursos.

Con todo este escenario, lo más prudente sería concentrarse en la gestión para que al menos sea percibida como exitosa, y moverse con estrategia. O sea, moverse de acuerdo a los movimientos ajenos. Y, aunque un poco menos que Reutemann y Cobos, Macri está en cierta posición ventajosa.

Pero entonces, ¿por qué, a más de un año y medio de las elecciones, Macri está concentrado en dar señales presidenciables?

En primer lugar, por la necesidad imperiosa de construir una estructura partidaria más o menos propia. Y sabido es que la militancia trabaja por profundas convicciones o por la sensación de que el acceso al poder es posible. Al mostrar esas señales, el armado político de PRO en las provincias se refuerza y aumenta en cantidad. En segundo lugar, tras años de construir una imagen pública política alrededor de temas de la Ciudad de Buenos Aires, Macri necesita incorporar a su discurso una dimensión nacional que lo coloque como alguien consciente y preparado sobre los grandes temas del país. En esta línea, seguramente en los próximos meses iremos viendo incrementarse la agenda internacional del Jefe de Gobierno. En tercer lugar, para no dejar vacío un lugar de candidato renovador y liberal, que bien podría sentarle a Francisco De Narváez. Y en cuarto lugar, teniendo enfrente a un gobierno nacional tan impredecible como débil, el PRO no puede trabajar con el escenario de octubre 2011 como una certeza absoluta.

Por lo tanto, podemos concluir que los movimientos de Macri son estratégicos y bien pensados. Mientras siga por la senda de alternar preocupaciones porteñas con señales inequívocas de aspiraciones nacionales aunque sin hacerlas explícitas, tiene mucho por crecer.

5.3.10

Por qué se tiene que quedar Cristina


Desde el gobierno, sectores de la oposición y algunos medios se manifiestan respecto a la posibilidad de una salida anticipada del gobierno. En ese escenario, habría algunos ganadores y hasta el kirchnerismo podría verse beneficiado si llegasen a ser percibidos como víctimas ahora y como potenciales salvadores en el futuro.

Pero si se interrumpiese el gobierno de Cristina Kirchner, los grandes perdedores seríamos todos los argentinos.

¿Por qué tiene que quedarse Cristina hasta el 10 de diciembre de 2011?

Por cinco sencillas razones.

Primero, porque los presidentes se eligen para que sean responsables de las políticas del Poder Ejecutivo durante cuatro años. Ni un día más, ni un día menos. Esta norma da previsibilidad tanto a gobierno como oposición y es la principal garantía que un grupo político tiene para enfrentar situaciones de adversidad que requieran soluciones antipáticas. Por eso la interrupción de un gobierno conlleva una inexorable aversión al riesgo a los que le sucedan.

Segundo, porque si existen deficiencias del actual modelo económico y político con consecuencias negativas para la sociedad, debe ser el actual gobierno quien asuma las responsabilidades de solucionarlas y quien reciba el costo de ellas.

Tercero, porque todo lo que construyamos a partir de esta situación inédita en nuestro país (oficialismo justicialista con minoría en ambas cámaras del Congreso, una Corte Suprema independiente, casi dos años de gestión por delante) será parte de nuestro capital de cultura política. El modo en que resolvamos esta situación de legitimidades compartidas, moldeará a futuro la forma en que se hace política en Argentina. Aprenderemos tanto de los aciertos como de los errores.

Cuarto, porque la voluntad mayoritaria es la base fundamental de nuestro sistema político y se expresa en las urnas cada dos años. En todo caso, más que pugnar porque un determinado presidente se vaya, deberíamos debatir sobre cómo reducir el impacto negativo de gobiernos que pierden apoyo social.

Y quinto y principal, porque para que un sistema político funcione, es clave que todos los actores relevantes, desde el oficialismo hasta la oposición, respeten las reglas de juego. Y si llegado el caso, el Poder Ejecutivo no lo hace, el sistema es lo suficientemente inteligente para tener otros dos Poderes independientes que puedan encauzarlo y acotar prácticas anómalas.

Así que a dejar de operar, de preocuparse y de maquinar. Es hora de preocuparse por otros problemas, más reales y angustiantes para el ciudadano de a pie.

4.3.10

Pequeño aporte curricular


Esta semana arrancaron las clases en casi todo el país. Desde El Ambidiestro queremos hacer un humilde aporte al sistema educativo con una propuesta curricular.

Sería bueno que en las escuelas públicas y privadas enseñen primeros auxilios y cuidados básicos de la salud.

Cómo actuar frente a un accidente, qué elementos se debe tener en un botiquín, cómo asistir a un herido, los movimientos de RCP, etc. Y por otra parte, cómo cuidar la piel, la importancia del descanso, cómo alimentarse en forma equilibrada, las consecuencias de los excesos, cómo reaccionar frente a síntomas de enfermedad, etc.

Darlo como contenido obligatorio durante los doce años de educación básica, con lenguaje y acciones lógicas a su edad, y con simulacros para la práctica.

Podrá parecer una propuesta desubicada contrastándola con tantas carencias en el sistema educativo pero sin ambiciones no hay crecimiento posible. Los que realizamos el curso sabemos que no exigiría grandes inversiones y que tendría un enorme potencial para la vida de cada alumno. Además, habría que realizar la cuenta de cuánto se ahorraría el sistema público y privado de salud con heridos bien atendidos y prácticas sociales más sanas…

¿Se imaginan un país, en unos años, donde buena parte de sus habitantes sepan atención de primeros auxilios y cuidados básicos de la salud? ¿No sería un gran avance? ¿No podría formar parte de un círculo social virtuoso?

3.3.10

Sobre el ejército en las calles chilenas



El ejército chileno salió a las calles a intentar establecer el orden existente antes del sismo. Y las críticas aparecieron.

En algún punto tienen sentido las preocupaciones sobre la presencia militar en las calles. En nuestro país hermano, el proceso de democratización fue distinto al de Argentina, pues allí el gobierno militar tuvo la capacidad de negociar condiciones en la apertura política. Una de las principales consecuencias de esto fue la permanencia de sectores pro militares en el sistema político chileno. Hoy, esos sectores, si bien minoritarios, forman parte del espacio político del presidente electo, Sebastián Piñera.

También cobran sentido las preocupaciones cuando se recuerdan décadas pasadas en nuestra región donde el ejército tomaba el poder con la excusa de ordenar y pacificar al país, y luego quedarse estableciendo políticas cruentas y autoritarias, además de elitistas en muchos casos.

La próxima semana Piñera asume, toma el comando del país y de las Fuerzas Armadas, con lo cual se tornan comprensibles ciertos temores, por más que el nuevo presidente no haya sido nunca un pro pinochetista. No hay que olvidar que la dictadura chilena fue similar a la argentina en la falta de respeto a derechos humanos elementales.

Sin embargo, esta herencia no debería paralizar ni a Bachelet ni a Piñera en algo tan básico como el establecimiento de cierto orden. A diferencia del pasado, esta vez se trata de gobiernos democráticos haciendo uso de las Fuerzas Armadas. Ciudadanos armados enfrentando a otros ciudadanos armados no es un escenario admisible. Frente a una catástrofe como la del país hermano, el orden es el mejor contexto para ayudar a las víctimas. Saqueos de comercios y viviendas puede terminar en una guerra fraticida. Hoy las crónicas registran saqueos en barrios trabajadores y de clase alta por igual por lo que no debería leerse este conflicto en clave marxista. Acá no hay un proletariado pugnando por sus intereses; hay personas necesitadas y dispuestas a abusar de otras personas necesitadas.

El Estado debe hacerse presente y proveer ayuda a todos los damnificados. El Ejército reestableciendo el orden, así como otros Ministerios con ayuda material y psicológica, son parte de ese Estado presente que tantas veces se reclama.

Por supuesto que, recobrada la normalidad, el Ejército deberá volver a los cuarteles y dejar a la sociedad que se reorganice del mejor modo. Pero frente al caos que perjudica a ricos y pobres por igual, un Estado necesita ejercer la fuerza y restablecer el orden previo. ¿El orden previo era capitalista y tendía a aumentar las desigualdades? Puede ser. Pero décadas de sangre y pobreza ya nos enseñaron que si el sistema político o el modelo económico no satisfacen, las elecciones son el mejor instrumento para transformarlos. Chile, Uruguay y Brasil lo demuestran.

2.3.10

Más coletazos del discurso



Algunas cosas que quedaron en el tintero tras el discurso de Cristina ayer en el Congreso.

- Impresionante la comunicación no verbal de Julio Cobos. ¡Qué incómodo que lucía! Se ve que no le gusta el conflicto. Se notaba que no quería estar ahí con una persona que lo detesta sentada a su lado. ¿Este carácter puede ser un limitante en su carrera política? Los labios le temblaban, las manos no paraban de moverse, los ojos buscaban misericordia. Esa debe ser una de las claves de la popularidad de Cobos. Tenemos tantos políticos poderosos y extravagantes que se desviven por parecer tipos normales, mientras este es un tipo normal que se desvive por parecer presidenciable.

- La televisión pública dio otra muestra de políticas audiovisuales dignas de la primera mitad del siglo XX. Mientras legisladores, gobernadores y figuras de la oposición apenas aparecían en la pantalla, los ministros, diputados, senadores, gobernadores y figuras oficialistas aparecían constantemente. Lo absurdo es pensar que eso puede tener consecuencias positivas sobre la opinión pública. Lo grave es suponer que negarles aire es en cierto modo negarles existencia. Es cierto que estamos acostumbrados desde hace décadas a la utilización grosera de medios estatales con fines partidarios, pero no podemos dejar de mencionarlo. Nobleza obliga, el noticiero de Canal 7 que siguió a la transmisión oficial tuvo algunas voces opositoras. Eso sí, ni Cobos, Macri o Reutemann (por mencionar a algunos líderes opositores presentes en el Congreso) fueron entrevistados.

- Cristina sigue radicalizando su gobierno y ya nada parece detenerla, como si estuviese dispuesta a perder con la suya. Es muy bueno tener convicciones; es muy malo ser obstinado. Hablar en el Congreso para anunciar un decreto es como mínimo ofensivo hacia uno de los tres poderes del Estado. Y lo peor es que resquebraja los delgadísimos hilos de confianza que van quedando entre el ejecutivo y ya no sólo legisladores opositores sino también algunos oficialistas. Cuando se pierde la confianza se pierde toda capacidad de diálogo productivo y con un gobierno distanciado de la opinión pública, derrotado recientemente en las urnas y con problemas económicos por delante, eso es muy peligroso.

- Todo un detalle que comunica bastante: el olvido de Cristina del objetivo formal de su presencia allí los días 1 de marzo. Empeñada en no leer discursos solo cuando se lo recordaron dio por comenzadas las sesiones ordinarias del Congreso...

- Para finalizar, separados sólo por minutos, fue demasiado el contraste entre el discurso de Cristina y el de Pepe Mujica en Uruguay. Si bien se trata de dos escenarios distintos, ¡cuántas diferencias entre ambos liderazgos!

Música ambidiestra



Es un cliché, pero música insuperable para poner cuarta al entrar finalmente en la ruta.

1.3.10

Todas las voces todas



Una de las principales libertades civiles es la libertad de expresión. O para ser más concretos, la libertad de hablar, de comentar, de opinar sobre asuntos públicos.

Al ser los medios de comunicación masivos sus principales defensores, muchas veces la ciudadanía, cada vez más exigente y escéptica, duda o relativiza la importancia social del derecho a expresarse. Pero no deberíamos tener dudas de su trascendencia.

Uno de los tantos beneficios de poder expresarnos libremente es reducir el impacto y afinar el análisis de mensajes unidireccionales poderosos, como por ejemplo el de la presidenta Cristina Kirchner este mediodía.

Cuando uno escucha a Cristina, una mujer lúcida en sus exposiciones, recibe un discurso cerrado, unívoco y que nos describe convincentemente un estado de las cosas. Los estímulos recibidos previamente (conductas, otros discursos, proyectos, políticas públicas, cruces mediáticos, etc.) si bien son fundamentales a la hora de formar una opinión a veces quedan diluidos y pasan a un segundo plano. Ahí es cuando opera el maravilloso poder de las palabras: transformar realidades.

Ahora, en una sociedad donde existe libertad de expresión esos discursos poderosos tienen que enfrentarse, entrecruzarse y reforzarse con otros discursos, lo que les exige ser cada vez más y más preciso, honesto y lúcido. Y es ahí cuando la sociedad sale ganando.

Algo de eso pasó con el discurso de Cristina de hoy. Si ciudadanos con cierta información y sin intereses partidarios escucharon el discurso presidencial, tal vez hayan podido ir aceptando gran parte del mundo propuesto por el oficialismo. Lucía consistente, lógico y bien formulado. Sin embargo, cuando tras el discurso operó la libertad de expresión, las cosas hayan cambiado. Esos mismos ciudadanos oyeron otras voces que equilibraron la interpretación, agregando datos, proponiendo otros paradigmas y recordando situaciones pasadas.

Es así como la visión ciudadana sobre la realidad política se enriquece.