27.10.11

Breve análisis electoral

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(Análisis inspirado en tweets ambidiestros en la noche del domingo #Elecciones2011)

Mensaje inicial a ganadores y perdedores: las mayorías son circunstanciales y se construyen o destruyen con virtudes y errores propios y ajenos.

Para no caer en excesos, un buen ejercicio democrático es recordar que el magro porcentaje, de por ejemplo Duhalde, no deja de ser más de un millón de personas. Cada uno de ellos con visiones e intereses respetables también.

Sobre la oposición:

El principal problema de los opositores no era que no tenían proyecto y visión de país. En general lo tenían. Su problema fue no saber construir una alternativa creíble y razonable. No había espacio para siete candidaturas opositoras.

¿Por que fue tan importante para el Pro una victoria en Vicente López? Por varios motivos. Primero, comenzó a hacer pie fuera de la Ciudad de Buenos Aires. Demostró que puede seguir expandiéndose. Segundo, gestionar una intendencia del conurbano es algo así como un posgrado en política argentina. El electorado en general podrá no valorarlo así pero la clase política sí y eso sirve para una construcción nacional. Tercero, el Pro sigue ampliando su galería de referentes públicos, algo vital para cualquier fuerza política nueva. Cuarto y último, en la tapa del diario del lunes, hubo un pequeño espacio para el Pro a pesar de la marea kirchnerista. No es poco.

¿Cómo queda entonces configurada la oposición? El único de sus candidatos que tiene posibilidades de sobrevida es Binner, aunque con pronóstico reservado. Hizo una buena campaña y eso le suma mucho. Pero, a la vez, perdió en Santa Fe, tiene 68 años y en los próximos años no va a estar en gestión. No es poco.

Por eso, se puede decir que así como la oposición terminó jugando involuntariamente para el kirchnerismo, también jugó para Mauricio Macri, quien tras estas elecciones comienza a erigirse como el gran líder en el heterogéneo campo opositor. Es un paso adelante para el Jefe de Gobierno pero con eso sólo no alcanza. Por lo visto el domingo, pareciera que lo más probable es que la sucesión de Cristina salga del propio PJ. Pero es muy prematuro para asegurarlo. Muy.

La mayor ventaja de Macri sobre los presidenciables del PJ es que mientras la Presidenta tenga fuerza, él tendrá más tiempo para desplegar su candidatura. La fuerza de CFK, al menos en los primeros dos años, limitará el margen de acción de Scioli, Urtubey, Boudou o De la Sota, por ejemplo.


Triunfo contundente:

Cristina hizo una fenomenal elección. Muchos factores lo explican y ninguno conspirativo ni elitista. Ante todo, una muy inteligente y cuidada campaña, apabullando de aspectos considerados positivos para gran parte del electorado. En segundo lugar, números económicos y sociales positivos. A esto hay que sumarle que la contracara de estos números nunca fueron descriptos con precisión e inteligencia por la oposición. Y tercero, y para nada menor, en la noche del 27 de octubre del 2010 comenzó una irreductible conexión emocional entre CFK y millones de personas que dejaron de suponerla autoritaria y soberbia y pasaron a confirmarla como sacrificada y llena de fortaleza.

El discurso ganador de Cristina fue bueno y predecible. Leyendo entrelíneas, se puede preveer, cuatro años más de lo mismo. La gran incógnita es, si los vientos económicos cambian, ¿qué hará la Presidenta? Difícil de preveer.

Ultimas reflexiones:

Principal ganadora de la noche: CFK, sin dudas. Otros ganadores en la política nacional: Daniel Scioli, Amado Boudou, Sergio Massa (notables triunfos suyos y de sus candidatos en Zona Norte) y Mauricio Macri.

Mayores perdedores de la noche: Eduardo Duhalde, Francisco De Narváez, Lilita Carrió, Hugo Moyano y Ricardo Alfonsín.

Las mayorías son circunstanciales, y es tarea de todos respetar y cuidar la democracia. Los que ganan, dando lugar y entidad a las minorías, recordando que también representan a millones de argentinos. Y los que pierden, construyendo mayorías y aprendiendo de estas elecciones 2011, que dejan varias enseñanzas. Tal vez, la principal de ellas, es que aunque se anticipe una derrota, el sistema republicando exige coaliciones que ofrezcan una alternativa y cierto contrapeso.