Esta foto de Obama con una de sus hijas la tomaron recientemente en una playa del estado de Florida. Lo hizo para demostrar que ese destino turístico es seguro y saludable después del gigantesco derrame de petróleo de la British Petroleum.
Una puesta en escena demasiado obvia podrán pensar algunos.
Sin embargo, si pensamos que Obama está rodeado de asesores expertos en comunicación, ¿por qué lo hace?
Porque funciona.
A pesar de su obviedad este tipo de actitudes son valoradas por la ciudadanía. Cuando un líder pone su cuerpo, hay un dato inequívoco: él está ahí.
El mismo recurso se utiliza cuando un candidato o funcionario se fotografía en un barrio pobre, en una zona de catástrofe o con damnificados directos por alguna situación. Cuando un funcionario está con el cuerpo en un lugar, exponiendo lo más preciado que una persona puede tener, se supone que esa experiencia en primera persona puede concientizarlo y comprometerlo más en las soluciones al problema.
Subyace la lógica de que, por más especulaciones que existan, a cualquier ser humano toda vivencia lo transforma en algún modo.
Tiene algo de sentido, ¿no?