Te entiendo, a mí tampoco me gustó mucho la línea de discurso inicial de Mauricio Macri en este tema. Entiendo que en este caso no tiene responsabilidades políticas pero no deja de ser el principal dirigente de la ciudad y debería haber lucido más preocupado en buscar las causas profundas del problema que en explicar que no fue culpa de su gestión.
En general, la comunicación de crisis no es sencilla y se necesita mucha cabeza fría, buen asesoramiento y valores muy sólidos. No es fácil.
Del mismo modo, tampoco me gustó el coro de dirigentes y periodistas opositores haciendo fila para pegarle a Macri mientras todavía se estaba buscando gente entre los escombros. Hay un exceso de politización en estas situaciones (como la muerte de Isidro la semana pasada) de la que casi nadie en la política parece estar exento y es lamentable. Habla mal de la vida espiritual de nuestros dirigentes. Demasiada ambición de poder, poca empatía con el otro.