27.1.10

Redrado desdibujado




Volvemos al caso Redrado. Es que no está pasando mucho más en este enero.

Cuando se está frente a una crisis hay algunos principios elementales que cumplir. Para el interesado en el tema, les paso este link del blog de Daniel Valli, un experto en comunicación de crisis. http://comunicaciondecrisis.blogspot.com/ Allí podrán encontrar consejos básicos sobre cómo enfrentar un problema que afecte la reputación de una marca o persona.

Muchas de las idas y vueltas de Redrado en sus apariciones públicas responden a la falta de claridad de una división fundamental en la comunicación, y más aún durante períodos de crisis. Una cosa es el derecho, otra la comunicación. Los asuntos legales están en un nivel distinto que los asuntos comunicacionales. Ambas áreas manejan tiempos, argumentos y públicos distintos. Se debe ser preciso e inteligente para congeniar ambas lógicas y dejar que cada una prime en su ámbito y no someta decisiones de la otra.

Por supuesto que esto no es fácil y tanto el comunicador como el abogado tienen razones suficientes para entender que su rol es trascendental.

El abogado suele recomendar silencio y responder por escrito a personas entendidas en leyes. El comunicador sabe que el prestigio y reputación de una persona exige explicaciones públicas, rápidas y consistentes.

¿Y dónde queda el público en todo esto?

Queda sometido a su propia urgencia de querer saber todo en el menor plazo posible. Para no ser tan engañados, deberíamos sacar el pie del acelerador (¿cuántos querían saber YA los resultados del análisis de la Hiena Barrios?) y exigir información cierta a los involucrados y a los medios de comunicación. Y si la veracidad exige decir “no sé”, bienvenida sea la duda.

Suponemos que inmediatez es sinónimo de verdad (o como mínimo, sinónimo de poco tiempo para montar una farsa creíble) y demasiadas veces esto no es así. Mire cada uno a su vida y descubrirá si es cierto.