Es un clásico. Y como todo clásico, es de difícil pronóstico.
Alemania parece más de lo que es. Pero Argentina también. Ellos tienen ventaja con una defensa más sólida. Nosotros, con un ataque con más recursos. Por eso, en los papeles, parece un partido muy parejo.
Está claro que el fútbol es un deporte grupal y el éxito o la victoria dependen del conjunto. Pero en cierto sentido, este puede ser el partido de Messi, donde la ventaja para un lado u otro se dé a partir de la actuación del jugador distinto. Es una presión que bien puede soportar Messi a pesar de su juventud.
De cómo resuelva eso, dependen las chances de Argentina en el Mundial y de Messi de convertirse definitivamente en uno de los mejores de la historia. Es cierto, puede resultar exagerado, Lio tiene por delante como mínimos dos mundiales más en plenitud y con lo que nos dio ya debemos darnos por hecho… Pero bueno, ¡hay ansiedad y deseo!
Habrá que esperar al sábado no más…