21.5.10
Que doscientos años no es nada…
Resulta ridícula la pelea entre Cristina y Mauricio. Parecen dos adolescentes rebeldes incapaces de dar el brazo a torcer, buscando a cada paso cómo quedar mejor frente al resto de la clase. Una contienda alimentada por avivadas y victimizaciones. Tiene algo de lógica, todavía tenemos una dirigencia joven, con manifiesta inmadurez y tardía rebeldía.
Igual, inevitable no dar consejos sobre cómo le convendría actuar a cada uno.
¿Qué debería hacer Macri? Mostrar que insiste con su último mensaje donde intenta colocarse por encima de diferencias personales y políticas. Y rezar para que Cristina no afloje, no asista y ser él la principal estrella de la reapertura del Teatro Colón. Imaginen la foto, Macri sentado y a su lado la silla presidencial vacía u ocupada por alguna figura prestigiosa.
¿Qué debería hacer Cristina? Montar una escena donde prestigiosas figuras sociales y de la cultura le piden que recapacite y asista a la reapertura del Colón. Y el 24 de noche asistir a la velada, acompañada de alguna figura fuerte y prestigiosa (¿Estela de Carloto, una actriz reconocida, alguna luchadora social?), intentando demostrar que es en nombre de ellos que allí va, que su aporte simbólico a un acto macrista es sumar al “pueblo”.
Más allá de las motivaciones, el producto final es el mismo: lucir un poco más maduros. No estaría nada mal para nuestra golpeada cultura política que dos de los principales líderes pudiesen ponerse de acuerdo en algo tan básico como compartir un mismo espacio físico.