La satisfacción de Maradona en algún punto es válida. Acá en Argentina mayoritariamente valoramos la destreza individual por sobre el juego colectivo. Como ejemplo pensemos en el que consideramos el mejor gol de la historia, el segundo de Diego a los ingleses; individualismo puro.
Coincido que en general, al pensar al fútbol, los argentinos suponemos que la improvisación y el desenfreno son un costo inevitable de fomentar el talento individual sobre el grupal. Pensamos que es más importante motivar al jugador que darle un rol. Tiene un reflejo concreto con nuestra realidad social, donde el talento individual se abre paso a la fuerza en un marco de enorme desorden y anomia social. Y encima cuando tuvimos un Bielsa los resultados no lo acompañaron…
Pensando más concretamente lo político, sin dudas la existencia de liderazgos personalistas es una marca clara del estadio de desarrollo cultural de nuestra región. Eso sí, jugadores virtuosos y liderazgos sólidos son imprescindibles para obtener resultados acá, en Europa y en todo el mundo. El tema es cómo los rodeás, con qué instituciones, con qué límites, con qué incentivos y en función de qué objetivos.
Te termino con un ejemplo, aclarando que Messi jugó un muy buen mundial y es igual de responsable de la eliminación que el resto de los jugadores.
Algunos creen que Messi es el mejor jugador del mundo. Yo creo que Messi es el mejor jugador del Barcelona, que es el mejor equipo del mundo. Para este mundial, ¿a Messi lo prepararon y motivaron para que sea el mejor jugador de la copa o para que sea la figura del campeón? En Argentina nos parecen sinónimos. Por ahí quizás vengan algunas explicaciones de nuestra realidad…