3.4.10

Felices pascuas (para agnósticos, creyentes, ateos, dormidos, alucinados y perezosos)


Explican los antropólogos que cuando la especie humana comenzó a desarrollar el cerebro además de una gran cantidad de beneficios en términos de supervivencia, se encontró frente a un problema: cómo almacenar la creciente información que iba generando, descubriendo y asimilando.

La solución para continuar con este proceso evolutivo fue convertir grandes bloques de datos y experiencia vital en símbolos. Con ellos, dejaba de ser necesario conocer todo en detalle. Desde ese punto de vista, los símbolos condensan significados importantes para un grupo y al ser transmitidos de generación en generación, enseñan valores deseables para la sociedad. Así es entonces como cada sociedad fue generando un calendario ritual donde se renueva la adhesión a esos valores representados por los símbolos.

¿Qué nos estará diciendo entonces la Pascua a todos, creyentes o no?

Seguramente muchas cosas. Algo sobre la capacidad de trascender a la muerte. Y sobre la capacidad de renovarnos profundamente. Y sobre morir y renacer, dejando atrás lo que fuimos y no queremos ser, reencausando hacia una nueva vida. Y sobre continuar la existencia en formas impensadas. Los huevos, además de ricos para comer, nos están diciendo muchas más cosas.

Entonces, ¡felices y reflexivas Pascuas para todos!