19.2.10

Gobierno vs. Clarín


La relación entre los poderes ejecutivos y los principales medios de comunicación en toda la historia fueron complicados y conflictivos.

En esta ocasión, podemos ver que la pelea entre el gobierno nacional y el grupo Clarín más que una pelea ideológica es una pelea entre antiguos socios.

Esta pelea fue y es positiva socialmente por cuatro motivos. Primero, el mayor grupo de medios de Argentina volvió a ejercer la actividad crítica e investigativa de la prensa. Segundo, el grupo Clarín es víctima de una creación política en la que contribuyó de manera significativa desde la campaña del 2003 enseñando a la posteridad, tanto a los medios como a la dirigencia, que es bueno respetar algunos límites. Tercero, el gobierno alimenta el espíritu crítico en la sociedad al poner en agenda la noción de que los medios de comunicación también son empresas con intereses económicos que, en cierta medida, rigen su actividad. Y cuarto, se activó el debate público sobre el sistema de medios.

A partir de que los medios del grupo Clarín comenzaron a realizar coberturas negativas al oficialismo, el gobierno nacional y popular se acordó de la importancia de regular el mercado de medios de comunicación, algo tan necesario como delicado. Por su lado, a partir de un cambio de humor social, Clarín se acordó del periodismo de investigación, la opinión crítica y las debilidades del modelo kirchnerista. Por lo visto, una pelea de dos socios desmemoriados.

En aquel conflicto gobierno-campo del 2008 quedaron atrás los cinco años y dos campañas presidenciales en las que Clarín favoreció sin pudor al gobierno, la extensión por decreto de las licencias de explotación de canales y la vista gorda del gobierno en la fusión de Cablevisión-Multicanal.

Está clara la bronca de ambos. El gobierno, que conoce de primera mano la importancia de ser bendecido por el grupo Clarín y su capacidad de sentar agenda, todavía no puede digerir que su antiguo socio diese el salto en el momento justo. A su vez, el grupo Clarín, que comenzó sus críticas con elegancia pero fue perdiendo la línea de manera estrepitosa, comienza a ver que el corazón de sus negocios son atacados de muerte.

Por eso, en esta pelea ya casi de barro apelar a motivaciones ideológicas es faltar el respeto a la ciudadanía. En el fondo, las causas de esta pelea no son ni de libertad de expresión ni de pluralismo informativo. Son el negocio del poder y el negocio de los medios. Pero las consecuencias sí son sobre la libertad de expresión y el pluralismo informativo.

El gobierno probablemente se irá en el 2011 y el poder del multimedios Clarín se verá debilitado, fundamentalmente en su credibilidad (pilar de cualquier grupo de medios). Y así, los argentinos tal vez tengamos un mejor sistema de medios y una opinión pública más crítica no sólo con el gobierno sino también con los medios de comunicación.