10.2.10

¿Moyano el Lula argentino?


Hugo Moyano quiere dar el salto a la política electoral. Sueña con ser el primer sindicalista presidente en nuestra historia. Y toma como ejemplo de perserverancia y éxito la carrera política de Lula en Brasil.

Es cierto, en Brasil hace veinte años nadie hubiese imaginado un Lula presidente, reelecto y con los índices récord de aprobación. Y si Lula lo consiguió, ¿por qué no Moyano? Ambos provienen de clases bajas, surgen de la actividad sindical y tanto su lenguaje como sus modos son genuinamente populares.

También comparten un origen contestatario. Lula aparece en la escena política brasilera como líder sindical en los últimos años de la dictadura militar, siendo una figura representativa de la redemocratización. Por su parte, la aparición pública de Moyano es durante los años noventa, siendo uno de los pocos sindicalistas que criticaban y hacían oposición al presidente Menem.

Sin embargo, existen diferencias sustanciales.

Lula fundó tempranamente el Partido dos Trabalhadores, junto a intelectuales y militantes de izquierda. Desde allí construyó su base de sustento político, siempre desde la oposición. Trabajando y presentándose en todas las elecciones, el PT poco a poco fue colocando concejales, diputados, senadores, alcaldes y gobernadores. Esto fue fruto de años de experiencia electoral y de un giro a posiciones moderadas que el electorado valoró.

En cambio, Hugo Moyano nunca abandonó la actividad sindical. Si bien es integrante del Partido Justicialista, su peso político responde únicamente a su peso gremial. Cerró una alianza política con los Kirchner, dando apoyo al gobierno a cambio de fortalecimiento de los espacios de poder sindicales. Con lo cual, de ser candidato, sin dudas sería visto como el candidato oficialista.

Por ser candidato desde muy joven, Lula aprendió que hay cosas que a los electores por lo general no les gusta. Por ejemplo, la violencia verbal (y ni que hablar de la física). O la incoherencia entre lo que se predica y lo que se hace. Y, por supuesto, la importancia de los entornos.

Entonces, si Moyano de verdad quiere hacer política electoral, las mañas de la vida sindical deben dar lugar a las mañas del candidato. Ahí ya no sirven guardaespaldas armados, acuerdos corporativos en mesas oscuras o elecciones fraguadas.

A Lula le llevó quince años mejorar su imagen en el electorado. Y lo hizo sin el desgaste de ser oficialista.

Consejo: Hugo, está muy bien que ahora uses anteojos y hayas creado un club de fútbol. Pero empezá a apurarte con cambios verdaderos si en serio tenés ganas de ser presidente o gobernador. Las elecciones generales son muy distintas a las de un sindicato…

La caricatura de Tinelli, por más producto que sea de un discurso dominante y algo prejuicioso, no deja de ser un buen termómetro…