16.2.10
Tu quoque Mauricius?
La Asociación por los Derechos Civiles y Poder Ciudadano (http://www.adc.org.ar/ y http://www.poderciudadano.org/), dos de las más prestigiosas ONG sobre políticas públicas, realizaron un informe donde afirman que en el año 2009 el Gobierno de la Ciudad aumentó el gasto en publicidad durante los meses de campaña electoral, alcanzando el récord en junio, el mismo mes de las elecciones.
Es cierto, existen atenuantes. El aumento del semestre es de un 88%, lo que parece poco comparado al aumento en el mismo período del gobierno nacional, 243%. También es importante destacar que la distribución fue proporcional al reparto del mercado de medios, con lo cual no se infieren presiones al periodismo a través del reparto de pauta oficial, tal como sucede a nivel de Gobierno Nacional y en muchas provincias.
Lo que sí es para lamentar, es que un partido nuevo, dirigida por gente joven y con aspiraciones de transformación profunda de la cultura política argentina caiga en viejos vicios. El aumento de los ingresos lo asemeja a la política tradicional, al igual que la utilización partidaria de la comunicación estatal y algunos de los vetos a la ley que intentaba regular la publicidad oficial.
Estos vicios suelen no ser antojadizos sino responder a presiones lógicas de los entornos. ¿Por qué no vamos a hacer publicidad de nuestra gestión si necesitamos ganar para poder seguir haciendo las cosas bien? ¿De qué otra manera podríamos enfrentar a un gobierno nacional que usa y abusa de la publicidad oficial? ¿Si la gran mayoría del electorado no condena estas prácticas, por qué no deberíamos aprovecharlas? ¿Por qué vamos a limitar nuestras libertades si nadie lo hizo ni antes ni ahora?
Todas esas preguntas son inteligentes y pueden hasta lucir certeras. Pero hay una respuesta, contundente y definitiva: una sociedad moderna, transparente y con libertades civiles se construye con una generación de dirigentes que renuncie a esos vicios, lo comunique en forma debida y eleve así la vara social con la que se mida a las futuras generaciones de dirigentes.