Hoy cumple años Batistuta, el gran goleador histórico de la selección argentina. Jugador potente, determinado, consciente de virtudes y defectos, capaz de continuar aprendiendo estando ya en la cumbre.
Un deportista tan exitoso como alejado de cierto estilo latinoamericano. Prudente al hablar, humilde, honesto al jugar, partidario de lo concreto (incapaz de gambetear, pero también de simular), goleador acá y allá, moderado en las victorias y en las derrotas.
Como homenaje quería trazar un paralelo con algún dirigente político argentino de la actualidad pero se me complicó. ¿Quién podría ser el Batigol de la política argentina?
Y esta dificultad hizo aparecer otra pregunta, más incómoda. ¿Podría un dirigente político tener las mismas virtudes de Batistuta y ser igual de exitoso?